Cuenca en 1 día


Itinerario
  • Casas colgadas
  • Puente San Pablo
  • Parador Nacional
  • Plaza Mayor y ayuntamiento
  • Catedral: 4,80€ adulto, 4€ estudiantes
  • Cristo del pasadizo
  • Casco antiguo
  • Torre de Mangana
  • Ciudad encantada: 3€

Nos levantamos temprano y salimos de Madrid rumbo a Cuenca. Una vez allí aparcamos en un pequeño parking justo debajo de las Casas Colgadas.


Lo primero que hicimos fue cruzar el Puente de San Pablo, desde aquí se obtienen unas buenas vistas de la ciudad antigua de Cuenca, aunque el puente es un tanto problemático para las personas con vértigo, como yo, ya que a través de las maderas puedes ver la caída.


Una vez atravesado el puente con éxito nos dirigimos hacia el Convento de San Pablo, que hoy es el Parador Nacional de Turismo. Entrar al Parador es gratuito, además de verlo por dentro, nos sentamos tranquilamente en la cafetería de su interior y así, coger fuerzas para comenzar la visita.


Volvimos a cruzar el puente y subimos una gran cuesta hasta llegar a la Plaza Ciudad de Ronda, aquí había una fiesta medieval donde más tarde comimos unos increíbles bocadillos de chorizo.


Desde aquí nos dirigimos a la Plaza Mayor, donde también encontramos un pequeño mercadillo artesanal relacionado con la fiesta medieval, en esta plaza se encuentra el Ayuntamiento que fue construido en 1792 en un estilo barroco. El ayuntamiento tiene tres plantas y su base formada por arcos nos lleva de la Plaza Mayor a la calle principal de Cuenca.


En la plaza también se encuentra la Catedral de Santa María y San Julián. Esta catedral es de la época de Alfonso VII y anteriormente esta zona la ocupaba una mezquita. Su estilo es gótico y visitar su interior tiene un precio de 4,80€, la tarifa reducida para estudiantes es de 4€.


Rodeamos la catedral y subimos por empinadas cuestas hasta llegar al Cristo del pasadizo. Este pasadizo tiene una conocida leyenda, se dice que en la ventana de las rejas se encontraban Julián e Inés, este amor era imposible por la diferencia de clase social entre ambos. Las familias no aprobaban este amor, por lo que Julián se marcha a la guerra para poder escalar socialmente y ser aceptado por la familia de Inés. Tras dos años Julián vuelve, al llegar a la ventana se encuentra a Inés con otro hombre, ambos pretendientes de Inés luchan por celos y amor, finalmente Julián muere, Inés asustada comienza a pedir ayuda y el amante huye con tan mala fortuna que cae y se golpea mortalmente. Tras morir ambos hombres, a Inés le invade un gran sentimiento de culpa y, arrepentida, se recluye en un convento.


Seguimos subiendo hasta llegar a los restos que quedan del castillo, aquí encontramos unas vistas espectaculares de Cuenca.


Desde aquí también podemos observar el convento de las Carmelitas Descalzas y la Iglesia de San Pedro.


Continuamos andando esta vez por un pequeño camino frente a la "montaña", desde aquí nos sorprendimos al encontrarnos con los Ojos en la roca, que no sabíamos que existían. 


Volvemos a bajar por la Plaza Mayor y, saliendo del casco histórico de Cuenca vimos la Torre de Mangana, donde antiguamente se ubicó el barrio árabe y, más tarde, la judería.


Después de comer nos dirigimos hacia el coche, y de camino encontramos en una pequeña cueva a lo largo del río la figura de una virgen, no sé qué virgen es ni por qué está ahí, pero me pareció curiosa la imagen.


Ya en el coche, nuestra última parada fue la Ciudad Encantada. Es un parque natural que, en otros tiempos, estaba rodeado de aguas tranquilas, tras años el mar se retiró y las piedras calizas fueron saliendo a la superficie con las formas tan curiosas que podemos ver ahora. El recorrido son 3 kilómetros circulares de parque, todo el camino está señalizado para no perdernos ninguna de las curiosas rocas con nombres de animales que vamos encontrando a nuestro paso. En cada roca además encontramos un panel con toda la información de la misma. En algunas de las rocas sí podemos ver el por qué de su nombre, mientras que en otras yo no veía ninguna forma particular. El precio para entrar es de 3€ por persona.




Una vez que vimos la Ciudad Encantada volvimos al coche y pusimos rumbo de vuelta a Madrid.

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